Muchos usuarios que están pensando en renovar sus cocinas de diseño en Tenerife se plantean qué tonos pueden ofrecer mejores prestaciones y resultados. En este sentido, es muy común dudar entre el blanco, un color neutro que proporciona extraordinarios resultados pero con mayores exigencias de limpieza y mantenimiento, o tonos más coloridos, con las limitaciones de combinación que conllevan.
Por ello, en las siguientes líneas ofrecemos una breve guía con las ventajas y desventajas de instalar una cocina blanca o en color. ¡Sal de dudas!
Cocinas blancas: más luminosidad para tu espacio
De entre la amplia gama de colores que nos ofrece el mercado de revestimientos para cocinas, el blanco es, sin duda, la apuesta segura para disfrutar de un espacio más luminoso. Además, proporciona mayor sensación de amplitud.
Otra de las ventajas más destacadas del mobiliario de cocinas en blanco es que, al tratarse de una de las estancias de la casa que reúne más armarios por metro cuadrado, con el blanco minimizas su presencia y peso visual.
Por último, no podemos dejar de mencionar que una cocina en blanco proporciona un diseño atemporal. Por tanto, hablamos de un tono neutro que se adapta a las necesidades y gustos estéticos generales, combinando a la perfección con cualquier material o acabado.
Contras de una cocina blanca
Si bien dependiendo del material, el mantenimiento será más o menos complejo, la realidad es que una superficie blanca requiere mayor regularidad de limpieza, máxime si se trata de una cocina, donde se acumula humedad y suciedad resultante de comer o cocinar. Y es que las manchas destacan más sobre una superficie blanca.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que si se abusa del blanco, se pueden crear atmósferas demasiado frías. Esta sensación, nada recomendable cuando lo que se busca es un ambiente acogedor, puede desaparecer si combinamos diferentes tonalidades y acabados como la madera.
Cocinas con color: para los más creativos
Las cocinas con colores cálidos son una apuesta segura para conseguir un ambiente acogedor, donde beige, marrones y colores crema no pueden faltar.
Otros tonos más atrevidos como el verde o el rojo pueden ofrecer ambientes muy creativos y divertidos, además de funcionar a la perfección como separadores de espacios dentro de la propia cocina.
Contras de una cocina en color
Las cocinas en colores no neutros suelen fabricarse con superficies lacadas. De modo que, como sucede con el blanco, pueden resaltar más las manchas y restos de suciedad, lo que obliga al usuario a tener especial cuidado con la limpieza.
Asimismo, los colores tienen menos posibilidades de combinación.
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